sábado, 3 de diciembre de 2011

El Divorcio y Nuestros Niños: ¿Qué hacer? ¿Qué evitar?

Lo que ayuda:
  • Observar atentamente para reconocer señales de malestar.
  • Escuchar a los niños constantemente.
  • Comunicación abierta.
  • Dar explicaciones que los niños puedan comprender.
  • Comunicar mensajes: No es tu culpa, no puedes resolver nuestros problemas porque no los causaste, aún te queremos, no nos estamos divorciando de ti, los cambios son difíciles, pero las cosas mejorarán.
  • Cumplir con los compromisos y las promesas.
  • Pasar tiempo agradable con cada niño regularmente.
  • Proveer estructura y límites razonables en el hogar.
  • Ser consistentes al disciplinar.
  • Mantener la predictibilidad y las rutinas.
  • Continuar la celebración de días festivos y ocasiones especiales.
  • Animar la participación en actividades según su nivel de desarrollo e inclinaciones.
  • Leer, escribir en diario, expresión con arte, música, baile, etc.
  • Sentar buen ejemplo y permitir la expresión de emociones.
  • Manejar los conflictos con el otro padre de manera civil.
  • Librar a los niños de estrés innecesario.
  • Apoyar el que los niños mantengan relaciones con los familiares, a menos que sea peligroso.
  • Tener paciencia en cuanto a los ajustes. Toma tiempo y esfuerzo.
  • Utilizar las fortalezas, habilidades, y talentos individuales y familiares.
  • Desarrollar y utilizar una red de amistades y recursos comunitarios para recibir sostén práctico y emocional para toda la familia.
  • Buscar asesoramiento y ayuda profesional cuando sea necesario.
Lo que no ayuda:
  • Pedirle a los niños que escojan entre sus padres.
  • Pedirle a los niños que asuman una posición en cuanto al conflicto entre los padres.
  • Hablar mal del otro padre.
  • Ventilar nuestras frustraciones en los niños
  • Volvernos a los niños en busca de apoyo o guía.
  • Poner a los niños en el medio.
  • Exponer a los niños a las discusiones.
  • Envolver a los niños en las disputas entre los padres.
  • Usar a los niños de mensajeros.
  • Usar a los niños de espías.
  • Usar a los niños de confidentes.
  • Usar a los niños de peones o de munición.
  • Decirle a los niños cómo deben sentirse.
  • Negar o descontar los sentimientos de los niños.
  • Pedirle a los niños que guarden nuestros secretos.
  • Descuidar las necesidades de los niños.
  • Exigirle demasiado a los niños.
  • Sentar expectativas no razonables para los niños.
  • Expresar la ira inapropiadamente.
  • Expresar amargura, falta de respeto, u hostilidad hacia el otro padre.
  • Demostrar incapacidad de comunicarse efectivamente con los niños o con el otro padre.

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